jueves, 18 de octubre de 2007


La predisposición genética a la alergia en los niños
LAS ALERGIAS, UN DESAFIO ESTACIONAL PARA LA RED

Más de 300 mil personas sufren de reacción al polen, que es una reacción alérgica y que no siempre es una enfermedad leve, por esta razón, todos los miembros de la Red Asistencial deben estar preparados para detectar cuando una alergia es compleja y paciente en consecuencia, deberá ser derivado a un especialista.

Sentimientos encontrados. Eso es lo que provoca la primavera. Para algunos la estación del amor y las flores. Para otros, sinónimo de penas y nostalgias. Sobre todo, mucha sensibilidad, aquella responsable de una serie de molestias como rinitis alérgica, conjuntivitis, picazón de nariz y ojos, enrojecimiento ocular, lagrimeo, secreción nasal, estornudo, congestión e incluso crisis de asma con dificultad respiratoria y silbidos en el pecho.

Se calcula que un 20% de la población sufre algún tipo de alergia respiratoria, pero hay una propensión familiar (atopia) a hacer este tipo de enfermedades. Dermatitis atópica, rinitis alérgica y asma alérgica están determinadas familiarmente. Cuando los dos padres son alérgicos, la probabilidad individual del hijo de tener alergia se eleva de un 20% a un 70% y las personas que más desarrollan síntomas alérgicos, son los que vienen de estas familias y tienden a seguir durante la vida la denominada "marcha alérgica".

Comienzan en el período de lactante con problemas de piel, una dermatitis atópica relacionada generalmente con alergia alimentaría y alrededor de los 5 años empieza a sensibilizarse a los pólenes, los ácaros y luego presentan síntomas respiratorios como la rinitis y el asma. Pero hay otras reacciones alérgicas como a fármacos, veneno de insectos, picaduras de abeja y avispa. Los pacientes que sufren de estas alergias a pólenes de árboles, suelen ser también alérgicos a pólenes de pasto y malezas.

SINTOMAS:

La alergia al polen produce rinitis estacional. Los síntomas varían de un paciente a otro aunque, por lo general, se caracterizan por picores e irritación de ojos, nariz, paladar y faringe.

Algunas personas padecen síntomas más graves como son, además de los anteriores, cefaleas, irritabilidad, depresión, insomnio, estornudos y lagrimeo. A veces la persona nota dificultad para respirar y un silbido con la respiración. Cuando estos síntomas aparecen repetidamente cada año con el comienzo de la primavera, lo más probable es que se padezca esta enfermedad. En ese caso se debe acudir al médico para que realice un diagnóstico definitivo.